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Para superar la adversidad debes abrazar tu vulnerabilidad y confiar en el proceso. Cada desafío tiene un regalo escondido para tu crecimiento espiritual.
En esta entrada no consideraré las dolencias físicas o la enfermedad, porque creo que además de todo lo siguiente, haría falta asimilar y considerar una faceta muy íntima de la vida y de la que hoy no hablaré: la vejez y la muerte.
Lo que me gustaría comentarte ahora es cómo enfrentar los problemas que se te presentan de improviso y cuyo resultado es incierto.
Cuando vives agradecido y en rendición, cada vez se te presentan menos problemas y desafíos porque, simplemente, cada vez te parecen menos graves. No obstante, de repente, te llega uno que no puedes sortear tan fácilmente porque no depende de ti. Aquí es donde te deberás hacer las siguientes preguntas: ¿Qué puedo hacer con esto? ¿Qué necesito aprender?
El regalo escondido
Lo primero que debes tener en cuenta es que pase lo que pase, hay un regalo escondido en todo esto. Quizás es algo que tienes que ver tú, quizás es algo que tienen que ver las otras personas implicadas o quizás es algo de un tercero lo que traerá este regalo, pero el regalo surgirá. Recuerda que hay muchas cosas que no dependen de ti y el resultado de todo este movimiento magistral de los acontecimientos lo verás después.
El valor de la confianza
Recientemente, leí que la duda es la base de la ciencia, entendiendo la ciencia como el conocimiento de las cosas. En la búsqueda de la verdad científica de las cosas, siempre tendrás que estar dudando, incluso cuando llegas a una supuesta certeza, porque cuando las pruebas cambian,deberás empezar de nuevo la investigación. ¿Qué significa esto? Que en la ciencia siempre habrá duda y por tanto nunca habrá confianza.
En cambio, la religión es la ciencia del ser. Y la base de cualquier religión es la confianza. Por tanto, la confianza también es la base del crecimiento espiritual.
Aquí se pone interesante porque esto implica que para avanzar en tu camino espiritual deberás confiar. Es imposible hacerlo si no confías. La quietud de la confianza la necesitas para acceder a tu interior. Encontrar a dios, tu dios, requiere que sueltes el control y estés abierto a recibir. ¿Te das cuenta? En un determinado momento deberás dejar tu mente en el borde del camino y avanzar con el corazón.
Confía en el proceso
La confianza es una de las características que definen a los niños. Ellos confían no por falta de conocimiento o ignorancia. Lo hacen porque sienten confianza en la vida, en su sustento, en sus padres y en su integridad física. No hay alternativa y lo hacen sin miedo, sin considerar lo contrario. Y vivir de esta manera, confiando, es una de las claves para entrar en el ‘reino de los cielos’ que, como ya sabrás, se halla en esta realidad.
Yo quiero vivir en ese reino. Yo quiero sentir esa magia y saber que la vida siempre fue como creí que debía ser.
Y ahora toca tu parte. Deberás tomarte el tiempo que necesites para observar todo lo que te invade y dejar que se pose en tu ser. Y entonces busca entre el desorden el brillo de tu fe. Ahí sigue estando, entre todo el caos.
Siempre que enfrentes un desafío piensa una cosa: si está ocurriendo es porque es lo que debes vivir. Y deberás confiar en que todas estas pruebas tienen un regalo oculto. Piensa ‘debo vivir esta experiencia para mi crecimiento, para mi evolución espiritual. Se resolverá en armonía con todos los interesados y sacaré un aprendizaje que me llevará al siguiente nivel del camino’.
En tu crecimiento espiritual, uno de tus valores debe ser la confianza. Esto significa que debe ser una de las cosas a las que le das valor. Ahora tendrás que incorporar eso e interiorizarlo en tu ser. ¿Con qué fin? Para que se manifieste en tus acciones. Así la harás realidad en el presente. La manifestarás.
Vas a necesitar buscar la confianza dentro de ti. Tu fe. Y este proceso es simple y complejo, porque ocurre dentro de ti.
Cómo confiar
¿No sabes cómo tener más confianza? Sí sabes. Pero tiene un precio. Significa rendirte y confiar mientras sientes toda esa vulnerabilidad. Pero ¿sabes? Siempre has sido vulnerable. Tu escudo solo sirve para no sentirla, pero no te hace invulnerable. Solo cuando estás dispuesto a sentirla en su totalidad (trascenderla) deja de tener sentido y desaparece.
Encontrar tu confianza y restituirla es simplemente volverla a ver. Como cuando encuentras un objeto perdido en tu casa. En realidad no estaba perdido, simplemente no eras consciente de dónde estaba. Y cuando la encuentres, sea del tamaño que sea, deberás darle poder.
Reclama tu poder
¿Cómo? Reclamándolo. Recuerda, el secreto de todo está en qué sientes. Así que reclama tu poder. Reclama tu poder de lo que eres, de tu conexión con la vida y siente que eres parte de todo lo que está por venir. ¿Entiendes? No solo se trata de creer en ti. Se trata de sentirlo.
Y si todo es caos a tu alrededor, ten presente que todo lo que ves es solo un reflejo de todo lo que está ocurriendo a un nivel superior. Ahí, en la realidad superior, en el mundo energético de las emociones, en tu consciencia, es donde debes instalar tu confianza. No pienses en contrarrestar el caos de los acontecimientos y los eventos porque ellos seguirán su curso. Tú enfócate en colocar, con tus dos manos, tu pesada confianza en el centro de tu corazón. Allí es donde todo está ocurriendo. ¿Lo sientes? Cierra los ojos y coloca tu confianza allí.
No estás solo
Recuerda, NO ESTÁS SOLO. No lo olvides. No vas a hacerlo solo. Y por ello, si esto está ocurriendo es porque también se te darán los recursos para superarlo. Pide fuerza, entrega tu confianza y siente que estás siendo sostenido. Coge esa mano como cuando eras niño, mira con ingenuidad lo desconocido y prepárate para crecer.