Despiertas porque decidiste hacerle menos caso a tu mente y escuchar lo que grita tu corazón. Y al conectar con tu alma, sientes su entusiasmo y te enamoras de la vida.
Si bien tu momento de rendición sabrás cuando ocurre, tu despertar tomará unos escasos días más. Lo irás descubriendo cuando las respuestas de siempre procedentes de tu sistema de creencias no sean las mismas, puesto que tu sistema ya no es el mismo. En algún momento todas las nuevas respuestas se irán enlazando unas con otras y se producirá un efecto en cadena sorprendente y esclarecedor.
En ese momento serás consciente de que tu vida ya no es la misma y, por tanto, sabrás que ayer fue el último día de tu antigua forma de ser.
Recuerdo que pude sentir cómo mi nueva filosofía de vida iba completando espacios vacíos sobre mis valores y mi espiritualidad. Cada espacio vacío era referente a algún tema moral o ético que había dejado inconcluso, a la espera de tener una conclusión que me satisficiera plenamente.
Una tarde, en mi habitación, sentí como mi nueva forma de pensar llenaba los huecos vacíos y completaba mi puzzle mental. Fue una experiencia de clarividencia que me hizo mover la cabeza y mirar a diferentes lados con la boca abierta mientras sentía cómo se iba completando mi panorama mental en todas las direcciones adonde miraba.
Todo habrá durado unos 5 o 6 segundos y después quedé tan emocionado que escribía mis padres «La filosofía que está cambiando mi vida jaja. ¡Creo que por fin estoy aprendiendo a ser feliz! Me costó 42 años y muchos descalabros pero ha merecido la pena 🙂 Este video resume muchas cosas que estoy intentando vivir. Estoy contento» y se lo mandé junto con unos de los muchos videos de YouTube que veía diariamente.
Todo lo que te cuento no es gratuito ni una autoalabanza a mi despertar. Te lo digo para que sepas que en este camino no estás solo y que esta emoción y esta experiencia la tendrás cuando despiertes.
Los cambios que empezarás a sentir serán muchos y variados pero puedo asegurarte que todos comenzarán a construirse sobre una base que antes no existía: una increíble gratitud.
Esto tendrá una increíble consecuencia: a partir de ahora vas a experimentar un enamoramiento. Es la misma sensación y la misma emoción y entusiasmo pero no hay nadie con quien asociarlo. No te vas a creer lo que te ocurre, pero no te preocupes, porque no tienes que creerme. Lo vas a experimentar. ¡Es un enamoramiento a la vida!
Y esos momentos de enamoramiento te asaltarán 2 o 3 veces cada día, y llorarás de felicidad cada vez. Se repetirán una y otra vez con muchos estímulos. Cuando conduces y ves el sol, cuando estás mirando la naturaleza, cuando escuchas una canción o cuando haces deporte.
Recuerdo que pensé que me estaba volviendo demasiado sensible o que quizás estaba teniendo algún problema emocional encubierto que se manifestaba de esta forma como única vía de escape. Pero no, porque toda la experiencia era siempre de entusiasmo y felicidad extrema. Y hoy puedo decir que no era extrema, lo que pasa es que la estaba sintiendo por fin, sin todas mis barreras o constructos mentales que me impedían sentirla plenamente. Y yendo más allá, después sabrás que lo que estabas haciendo realmente era sentirte y conectar con tu alma.
Aunque este artículo se extienda, quiero contarte una cosa. Esta experiencia que ya tienes o tendrás es lo que te cuenta la Parábola del Hijo Pródigo. Nunca entendí esta parábola porque me parecía una incoherencia hasta que lo experimenté. Probablemente cada religión lo interpreta de una manera diferente, por eso te compartiré un significado metafísico, el más amoroso y mágico, propio del universo en el que quiero vivir. Ahí me di cuenta que así ocurre con el proceso del despertar de la conciencia. Y esto no tiene nada que ver con la religión. No dejes que tu cabeza te impida quedarte con una enseñanza espiritual de un libro sagrado que supuestamente no es de tu religión.
Haciendo un gran resumen, en esta parábola se cuenta la historia de un hombre rico que tiene dos hijos. Uno de ellos decide irse de la casa paterna y gastar la parte de su herencia. Se lo gasta todo en la mala vida, vive en la miseria y pasa calamidades. Al volver a casa, le pide perdón al padre arrepentido. El padre en vez de enfadarse con él, lo abraza y hace una fiesta y un gran festín para celebrarlo. El otro hijo no entiende por qué hay que celebrar este retorno como si su hermano hubiera sido un hijo ejemplar, cuando en realidad el hijo ejemplar fue él, que se quedó con el padre, obediente y trabajador, y lo apoyó todo el tiempo.
¿Por qué el padre no se enfada con el hijo vividor, con el hijo derrochador e inconsciente? La verdad es que así ocurre antes de despertar.
Uno busca la felicidad en todas partes menos en uno mismo, y persigue los eventos sociales y el placer en todas sus manifestaciones simplemente porque parece la opción más lógica y hasta obligada para vivir bien y feliz. Todos estos momentos se intercalan con altibajos emocionales que se repetirán y agudizarán hasta que vivas una época difícil que te hará despertar.
¿Y qué ocurre después? Que la vida no te echa nada en cara, no te reprocha nada, sino todo lo contrario: te quiere aún más porque regresaste. ¿Lo ves? ¡Lo sentirás así!
La vida, tu existencia, tu experiencia de vida, te parecerá muchísimo más hermosa que antes y te sentirás absolutamente amado por la vida, sin quejas ni críticas. Y te darás cuenta que te ama más porque tu rutina es la misma pero ahora eres más feliz. ¿Cómo puede ser?
Sentirás un amor total, una celebración, y hasta llorarás de felicidad completamente asombrado. ¡Ahora sientes todo el amor que hay en tu vida! Y te darás cuenta que antes habías vivido de manera inconsciente, sin tener consciencia de todo el amor que ya tenías.