Todo empieza y acaba en ti. No hay nada afuera. Así que la Navidad es sobre ti.
En este proceso nunca dejarás de aprender. Vas a darte cuenta que todo es susceptible de una nueva interpretación, en la medida que vayas integrando nuevos conceptos. Podrás comparar las respuestas aprendidas con las nuevas e irás decidiendo con cuál quedarte. Lo mejor es que ahora serás consciente de ello y decidirás cuál es la que quieres sentir. Irás dándote cuenta de qué realidad es la más amorosa y, por tanto, en qué mundo quieres vivir. Irás descubriendo cuál es tu verdad. La tuya. Siempre recuerda que cada uno tiene la suya y no te corresponde juzgar la de nadie más. La vida consiste en vivir tu Verdad (tu Dios). ¿Te suena lo de no adorarás dioses ajenos? ¡Es esto! Sé fiel a TU Verdad, sea cual sea.
La Navidad es una época para vivir en familia y desde nuestro interior, al igual que el resto de las celebraciones, de acuerdo con tu religión. Si pudieras vivir todas las existentes, sintiéndolas de corazón, tu vida estaría llena de momentos mágicos. Yo te hablaré de la Navidad porque ha sido mi experiencia.
Si en tu vida hay niños pequeños, la Navidad es fantástica. La presencia de los niños nos asegura que todo sea mágico y que haya ilusión en el ambiente, independientemente si el protagonismo lo tiene Santa Claus, el Niño Jesús, los Reyes Magos o todos ellos. ¿Y qué pasa con los adultos? Últimamente sentía que la Navidad solamente tenía sentido cuando la vivía a través de los ojos de un niño. A lo largo de tu proceso irás rellenando pequeños huecos en blanco en los que faltaba una pieza. Hace unos días rellené un pequeño espacio en blanco con una pieza que calzó en la realidad amorosa que quiero vivir. Y por eso quiero contártelo, porque quizás a ti te pase lo mismo y sientas que sin niños la Navidad pierde parte de su significado.
El símbolo de la Navidad es una estrella, la Estrella de Oriente. Y en la Navidad se celebra el nacimiento del hijo de Dios. ¿Y quién es el hijo de Dios? ¡Tú! Tú eres el hijo de Dios, no solo Jesús. ¡La Navidad está hablando de ti! La Navidad se convierte en una oportunidad para que vivas a Dios dentro de ti, para que vivas tu resurgimiento como el hijo de Dios que eres. ¿Te das cuenta? Tú eres la Estrella, la llevas dentro de ti. La Navidad te invita a que brille, ilumine tu oscuridad y la lleves allí para guiar a los demás en una noche oscura. Siéntete hijo de Dios y vive tu nacimiento, tu Cristo interior. ¿No es hermoso?
