Tu vida es un curso para aprender a amar creado solo para ti. El Universo es tu maestro y te ayuda reflejándote cada oportunidad en la que puedes amar.
Esta teoría se irá convirtiendo en ley a medida que la asimiles. Para mí, y creo que para cualquiera que esté profundizando en el despertar de la consciencia, esta ley es uno de los paradigmas más fabulosos que encontrarás. Si lo entiendes y lo asimilas, este será uno de tus primeros clics. Puede incluso que lo entiendas y te cueste aceptarlo, porque en la medida que lo aceptes, estarás aceptando también que esta vida es mucho más compleja, intrincada, paradójica y sumamente inteligente como para ser fruto del azar.
La ley del espejo nos dice que todo lo que vemos en nuestra realidad no se refiere a esas personas, cosas o sucesos externos a ti. Todo en este mundo está reflejando una realidad tuya. Vives una versión de la realidad que habla solamente de ti.
Vamos a empezar. Y para ello tengo que explicarte algunas ideas separadas primero, para después unirlas y facilitar la comprensión.
En líneas generales, estarás de acuerdo conmigo en que nuestro cerebro es el órgano a través del cual procesamos toda la realidad circundante. Cada persona percibe el mundo a su manera, de una manera personal y única. Nunca dos personas podrán percibir un mismo evento de la misma manera. Tampoco podrán forjarse la misma idea de una persona en particular.
Por ejemplo, un profesor puede ser fantástico para un alumno y ser un ser malhumorado para otro. O un vecino puede ser simpático para unos y antisocial para otros. Por supuesto que puedes decir que para gustos hay colores y que todos somos diferentes y nos gustan distintas cosas. Jaja claro que sí, pero esa no es la cuestión. ¡Ya sabemos que hay diferencias entre cada uno! En lo que nos estamos fijando ahora es que independientemente de qué cosas sean tus preferidas o qué cualidades de una persona te gusten, ¡cada persona está construyendo su realidad con el conocimiento que tiene dentro de uno! Simplemente no puede ser de otra manera.
Si sabes mucho de música, podrás detectar en una canción todos los compases, las influencias o la fusión de estilos existente en la melodía. Quizás puedes decir que tiene una base de rock o de soul, y que tiene toques de jazz o toques de salsa. Es decir, construirás la realidad basándote en lo que hay dentro tuyo, utilizarás todos esos inputs para establecer, enjuiciar o etiquetar la canción o evento. Asimismo, otra persona que no sepa de música quizás solo le parezca que la música es alegre y divertida, o moderna y ruidosa. Cada uno elabora en base a lo que tiene en su interior.
Déjame ahondar un poco en este punto, porque no quiero que pienses que experimentamos un acontecimiento solo dependiendo de si nuestro conocimiento sobre un tema es profundo o es superficial. El proceso del reflejo se produce de cualquier manera y tu grado de conocimiento es intrascendente para que se produzca.
Esto se puede ver con los niños quienes aún no tienen conocimientos profundos. Imagina a un niño viendo a una mujer con un cuerpo perfecto o a una niña viendo a un hombre muy atlético. Estoy basándome en estereotipos para que podamos entenderlo más fácilmente. En estos casos, los niños solo verán a una mujer linda o un hombre fuerte, pero no irán más allá. Un adulto quizás detecte muchas otras cosas de carácter sexual, simplemente porque el adulto si es consciente de ellas. ¿Entiendes? Y es consciente porque esos conceptos ya se encuentran en su interior.
Puedes probar con este otro ejemplo: una persona mala o maliciosa, una persona que asusta y a la que un adulto no se acercaría. Quizás un niño sí lo haría porque no detecta ese grado de perversidad, egoísmo, mezquindad o avaricia que podría ver un adulto. ¿Lo ves? Para el niño esos conceptos de avaricia, malicia, mezquindad, sordidez no existen, porque aun no los conoce. Para él solo hay personas buenas o malas, pero no imagina aún actitudes grotescas, sórdidas o atroces. Los niños aún no saben que existe todo eso y en su mundo simplemente no existen esos matices. Pero no es que no existan, simplemente ellos no los ven. En su realidad no existen porque cada uno compone la realidad con las piezas de conocimiento (consciencia) que tiene dentro.
¿Qué puedes hacer cuando sabes esto? Volverte un observador. La vida te irá mostrando constantemente cosas de ti: en qué te fijas, qué te hace gracia, qué buscas, qué admiras, qué te enamora, qué te duele, qué te irrita, qué te asusta o qué te asquea. Y todo tendrá que ver contigo siempre. No tendrás que hacer nada especial para saberlo. La vida te irá evaluando constantemente y sabrás continuamente en qué nivel de consciencia te hallas cada día. ¿Cuál debe ser tu meta entonces? Que tus días sean cada vez más armoniosos, tranquilos y amorosos.
Todo esto funciona tanto para lo negativo como para lo positivo. Así que cuando te enamora un aspecto de alguien es porque todas esas cualidades maravillosas no las tiene solo tu pareja. Las tienes TÚ también, porque si no, no podrías verlas, no las identificarías. Por eso, las parejas que vayas teniendo a lo largo de tu vida están íntimamente ligadas a tu nivel de consciencia y crecimiento personal. Por eso tu última pareja será más afín a ti que la primera, porque en el camino, habrás desechado aspectos superficiales que antes valorabas y habrás cultivado con esfuerzo los primordiales en ti, lo que te habrá hecho luego poder identificar y valorarlos en tu nueva pareja. ¿Lo ves?
Puedes considerar que a esto simplemente se le llama madurar. Desde luego lo es, pero despertar y seguir en este camino te hará adquirir tanta sabiduría y ser consciente de tantas cosas, que un día la mayoría de la gente de tu edad te parecerá superficial, porque tú serás consciente de muchos aspectos que la mayoría no. Quizás entonces te encuentres más a gusto hablando con personas mucho mayores que tú simplemente porque son más sabias.
Asimismo, puedes usar esta circunstancia para sanar o potenciar algo en ti. Si detectas que sientes envidia por algo, transfórmalo en admiración y deséalo para ti y la otra persona, sin envidia, sino desde el amor.
Si la obesidad de una persona te escandaliza, cuida tu cuerpo y mejóralo, porque ese rechazo en realidad lo estás sintiendo con tu propio cuerpo. Si una persona con un cuerpo perfecto te parece presumida, entonces debes observar tu autoestima y quizás deberías trabajar para tener un cuerpo perfecto tú también. Así comprenderías que las personas con actitudes aparentemente presumidas en realidad están compartiendo su alegría y esfuerzo por mantenerse saludables, sin que sea nada personal hacia ti.
Y así con todo, con la educación de alguien, con la cultura, con la amabilidad, con las muestras de amor de una pareja, con la felicidad que ves en los rostros de los demás, con la amargura, el dolor o la pena, etc. Simplemente empieza a ver qué es lo que ves en tu día. ¿Lo entiendes?
Lo increíble, es que irás creciendo en consciencia y cuando empieces a asimilarlo y aceptarlo, empezarás a ver qué personas se siguen fijando en todo lo que te fijabas tú antes, y comprenderás que ellos no están viendo el reflejo y la vida les parece mucho más hostil y difícil, como te parecía a ti también.
Por tanto, sabiendo que todo refleja un aspecto tuyo, ahora tendrás que hacer un esfuerzo por juzgar menos y amar más. En definitiva tendrás que cambiar TÚ para eliminar las cosas que no te gusta ver en tu realidad. ¿Cómo se hace? Perdonando. Cuando perdones algo (es decir, lo devuelvas al amor), formará parte del amor y por tanto se disolverá en él y lo dejarás de ver como una interferencia a un día amoroso. Verás las mismas cosas (ahora perdonadas) y las verás con amor. Ya no te afectarán ni te molestarán. Y si cambias correctamente, la vida empezará a ser menos destructiva, menos irritante y tu realidad empezará a ser más hermosa y amorosa.
Si has entendido esta ley, ahora comienza una maravillosa realidad mágica para ti. A partir de ahora, cada día podrás darte cuenta de tu progreso y saber en qué punto del camino te hallas. Solo tendrás que observar y ser consciente de qué cosas te perturban para sanarlas o que cosas te agradan para promoverlas. La vida te presentará una y otra vez cualquier aspecto que te quede por sanar, porque en su amor infinito, te dará la oportunidad de volver al amor (perdonar) una y otra vez. ¿Comprendes? Toda la vida es una fabulosa escuela para aprender a amar. De eso se trata, de volver a recordar cómo amar en cualquier circunstancia. Se trata de volver al amor original.