Dentro de ti hay zonas oscuras que necesitan ser iluminadas y amadas. Pero para amarlas, primero debes ser consciente de ellas.
No trates de definir la iluminación porque es un proceso que irá cambiando según tu estado de consciencia.
En tu proceso de despertar vas a hacerte muchas preguntas nuevas, pero mayormente vas revisar lo aprendido en el pasado. La iluminación tan buscada no es traer luz del exterior para iluminarse (¡Tú ya eres esa luz!). En realidad es más simple, se trata de llevar tu luz a tus propias zonas oscuras. Y hay muchas, incluso cuando piensas que respecto a un asunto específico ya no quedan más.
Las zonas oscuras son todas esas zonas que necesitas sanar. Son aquellas zonas donde necesitas llevar la luz de la consciencia, es decir, darte cuenta (ser consciente) de que hay un conflicto, y después iluminarlo, es decir, sanarlo. Los conflictos se sanan con amor. En realidad todo lo sanarás con amor. Por eso todas las veces terminarás siempre en el mismo lugar, en el amor. Sintiéndolo. A lo largo de tu proceso, esta será la emoción fundamental que vuelve a ti una y otra vez y por eso será tan gratificante.
El amor sana todo porque integra. El amor abraza todo y no rechaza nada. No separa sino que une. Y te irás dando cuenta de que por eso con el amor no pides explicaciones, porque en el fondo, en el momento de sentirlo, la justificación no importa ya. Todas las respuestas posibles al conflicto ya están aceptadas e integradas en el amor y, por tanto, las amas. Para amar un conflicto vas a tener que perdonarlo y convertir ese dolor o miedo en amor. En la medida que esto ocurra, tus problemas sin resolver irán disolviéndose en el amor y dejarán de perturbarte, puesto que ahora las vivirás con el amor que sientes en tantas otras cosas.
La iluminación implica que tu realidad va siendo cada vez más amorosa y esto significa que juzgas menos. Lo tendrás que hacer puesto que el amor no toma partido sino que solo ama. En el momento en que juzgas, declaras una realidad que no te gusta y la rechazas. Si rechazas algo, te separas del Amor (Dios) y esto duele. ¿Ves cómo todo se puede ir sanando con la acción de amar? No será un proceso fácil puesto que tendrás que convencer a tu mente de perdonar y amar. Tu mente no estará conforme ya que seguramente tiene muchos motivos innegociables para mantener el problema vivo y sin resolver.
¿Te he dicho ya que tendrás que aprender a meditar? Vas a necesitarlo porque requerirás un momento donde solo estés tú y tu corazón, sin tu mente, con el fin de llegar a sentirte genuinamente, independientemente de lo que teóricamente deberías sentir según tu mente. La verdad es que tendrás que ir sanando pasito a pasito, ladrillo a ladrillo, porque cada barrera que has puesto al amor se sustenta en otra barrera. Es decir, cada justificación tuya tiene otra que la sustenta también y esta cadena puede ser difícil de aceptar o enfrentar. ¿Cómo llegas al origen de la cadena? Bueno, necesitarás un estado de introspección donde puedas sentir la emoción de cada barrera e ir identificando la emoción que sustenta a las otras. En mis meditaciones, si percibo un conflicto, aíslo la emoción para poder preguntarme ¿Qué sientes? Una vez que obtengo la respuesta, por ejemplo enfado, tristeza, engaño, etc., pregunto ¿Por qué? Y vuelvo a responder, por ejemplo, Porque me siento frustrado. Entonces vuelvo a preguntar ¿Por qué?, Porque me siento solo, ¿Por qué? y así hasta llegar a una emoción que puede ser, por ejemplo, sentirse no amado. Una vez que identifiques la emoción originaria de la cadena (cuando seas consciente de ella), verás que dicha emoción radica en ti y que realmente no necesitas a los demás para sanar nada. Aunque el proceso duela, restituir el amor solo dependerá de ti. Y una vez que ames esta primera emoción que sirve de cimiento al resto, las demás caerán solas, porque dejarán de tener sentido. Puede que llores en todo el proceso porque supondrá identificar (iluminar) una emoción de falta de amor que había permanecido muy escondida bajo excusas de todo tipo, pero te puedo asegurar que lo que sentirás después será fantástico. Sanar una emoción escondida es tan reconfortante que todo esfuerzo que le dediques a tu crecimiento merecerá la pena. En realidad no existe una prioridad más importante en tu vida.
La vida te irá presentando muchas situaciones que tendrás que amar. Cada comentario o rasgo de una persona que te provoque rechazo o dolor se convertirá en una oportunidad para que examines por qué has sentido eso y qué lo sustenta dentro de ti. ¡Al final, te irás dando cuenta que la vida te está enseñando a amar! En realidad el viaje de la vida consiste en que vayas aprendiendo a amar en todas las situaciones que experimentes, que aceptes todas las posibilidades y las ames. Partimos siendo amor, una chispa divina, y vamos aprendiendo cómo regresar a ese mismo amor, cómo restituir el amor original, cómo ser cada vez más amor, es decir Dios. Vivir iluminado es vivir experimentando amor en todas las posibilidades, es alcanzar un estado santo alineado con la mente de Dios.